Marta y Alfonso tenían claro donde querían su postboda. Tienen la suerte de tener una casita al lado del mar, donde Marta pasó sus veranos de pequeña y ahora lo hacen sus hijas también. Un lugar lleno de preciosos rincones y donde poder dar rienda suelta a la creatividad. A parte, Marta y Alfonso son novios 100% actitud y disfrutaron de su postboda muchísimo, otra experiencia más que complementa el día de su preciosa boda. Naturales, cercanos y espontáneos, así son ellos. Hizo un precioso día de otoño, un cielo lleno de nubes, de esos que tanto me gustan. Os dejo con esta preciosa experiencia al lado del Mar Mediterráneo.
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